playa de vega en ribadesella

Desfiladero de Entrepeñas

La carretera por la que salimos de Vega hacia la N-630 tampoco puede confundirse. Pues nos desplegamos al pie del desfiladero de Entrepeñas, un mágico paraje de grandes agujas de roca apuntando al cielo y unos extraños perfiles que ya ha sido declarado Monumento Natural. Si queremos pararnos un rato a pensarlo, tenemos a nuestra disposición una pequeña zona de recreo.

En el cruce con la carretera nacional, un kilómetro más arriba, vemos frente a nosotros la Mina Ana, aún en funcionamiento. Una clara ilustración de la actividad del espato flúor que ha alimentado y sostenido el interés en varias partes de Europa. De hecho, los alemanes llevan viniendo a Vega desde hace mucho tiempo, desde principios del siglo XX. Primero llegaron geólogos y aventureros en busca de minerales valiosos en la constitución. La fluorita llegó a crear una pequeña ruta comercial con Alemania desde Ribadesella. Hoy todavía se nota la presencia de los gobernantes alemanes, que llegan a la Vega en busca de naturaleza, tranquilidad y tradición por los hermosos minerales que les enseñaron sus padres y abuelos.

Desfiladero de Entrepeñas

La carretera por la que salimos de Vega hacia la N-630 tampoco puede confundirse. Pues nos desplegamos al pie del desfiladero de Entrepeñas, un mágico paraje de grandes agujas de roca apuntando al cielo y unos extraños perfiles que ya ha sido declarado Monumento Natural. Si queremos pararnos un rato a pensarlo, tenemos a nuestra disposición una pequeña zona de recreo.

En el cruce con la carretera nacional, un kilómetro más arriba, vemos frente a nosotros la Mina Ana, aún en funcionamiento. Una clara ilustración de la actividad del espato flúor que ha alimentado y sostenido el interés en varias partes de Europa. De hecho, los alemanes llevan viniendo a Vega desde hace mucho tiempo, desde principios del siglo XX. Primero llegaron geólogos y aventureros en busca de minerales valiosos en la constitución. La fluorita llegó a crear una pequeña ruta comercial con Alemania desde Ribadesella. Hoy todavía se nota la presencia de los «rulós» alemanes, que llegan a la Vega en busca de naturaleza, sosiego y tradición por los hermosos minerales que sus padres y abuelos reclaman.

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